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GABRIEL GUERRA - LUZ NEGRA - UN TROVADOR EN VERGARA-1913

 


Gabriel Guerra  tendría  32  años   cuando paso a ocupar    en el año 1913    el puesto de Sub-Comisario  en la comisaría de Vergara.

Treintaytresino y colorado de pura cepa, subalterno de las fuerzas gubernistas en la revolución de 1904, estimo que ingresó al servicio en virtud a  haber sido escribiente  de las huestes  del Jefe Político de Treinta y Tres,  General Basilisio Saravia.

Su radicación encuentra al naciente pueblo  del Parao  en pleno desarrollo,    con el creciente afincamiento  de familias atraídas por las posibilidades laborales y de comerciantes de los mas diversos rubros; con la instalación de oficios múltiples,  del ansiado médico  recién llegado, del escribano;  con la construcción de buenas viviendas por los  hacendados que convergían desde el entorno rural, atraídos por  el servicio del banco, por  las escuelas para sus hijos, por la salud para la familia y por la conectividad de la diligencia, que pasaba con frecuencia por el nuevo puente del arroyo Parao, hacia la frontera y hacia la capital del departamento. 

El  correo y el telégrafo, que funcionaban desde hacia 10 años atras  hablaban de un avance tecnológico del pueblito,  mientras que los constructores, inmigrantes  italianos, levantaban ladrillo por ladrillo el casco urbano.

El  entusiasmo y el   optimismo  contagiaban y eran terreno propicio para la interacción social,  la creación y difusión  artística..

 El hotel del alemán Claussen y el Altillo de Padula   albergaban   reuniones y bailes,   recibían  músicos,  poetas, actores de teatro y  artistas de circo,   delegaciones deportivas que llegaban a confraternizar y medirse con el recién fundado Vergarense FC;  las funciones cinematográfica -Parque Uruguayo-   comenzaron  en la década del 13 en una carpa en Plaza  Confraternidad,  gracias a que los hermanos Lacurcia lo  traían desde Treinta y Tres.

Estuvo Guerra      entre los asistentes a esas tertulias y muchas veces participando con un  recitado, con una  guitarreada ,  aprovechando la oportunidad para compartir su arte.

Como complemento de dicha   ebullición social,  en el año 13  en  Vergara se edita el semanario ECOS DE VERGARA donde Gabrielito Guerra  tras el seudónimo de LUZ NEGRA  publica unos cuantos  poemas, aporte literario que el 22 de junio de ese año  se vio interrumpido por un TIROTEO  con heridos dentro de la propia comisaria,  hecho  que provoca su deserción de la policia  y el alejamiento  de Vergara "hacia los pajonales" que plasma en su poema MATRERIANDO.

En ese periódico aparecen además  numerosas poesías de autores locales y nacionales .

Esta es una pequeña muestra de la extensa obra inédita de Gabriel Guerra, que se propagó por la memoria oral y quedó plasmada en alguna hoja de un acopiador de recuerdos.

 

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Ecos de Vergara - 9 enero 1913



16 enero 1913


23 enero 1913


30 enero 1913




6  febrero 1913





20 febrero 1913




27 marzo 1913


8 abril 1913



1 mayo 1913


MATRERIANDO

CASI A UN AÑO DESPUES   DEL TIROTEO EN LA COMISARIA DE VERGARA 
PUBLICA ESTE POEMA 
 POR EL TENOR DEL MISMO  TRATA DEL INCIDENTE Y SU DESERCIÓN









marzo 1914



EL TIROTEO

Un 22 de junio de 1913, Don Francisco Padula  se apersonó al sub. comisario Gabriel A. Guerra en el propio local policial y lo increpó duramente, a causa de una multa que le querían cobrar porque su hijo Viterbo, había sido sorprendido mientras provocaba escándalos en la calle, unos días antes, junto a Marcos Guimaraens. 

El enérgico reclamo le costó al italiano, 24 horas de detención.

Mas tarde su hijo Luis Padula, acompañado de Nicolás Scarano y Justino Prego, ingresaron a la Comisaría y pidieron a Guerra, les permitiera pasar a la pieza donde se encontraba demorado el padre del primero.

A la interrogante de por que lo habían detenido, el anciano respondió que por pura y exclusiva voluntad del sub. Comisario. A esta contestación Luis reaccionó violentamente, aplicando un golpe de puño en un ojo de la autoridad, que lo tendió en el suelo e inmediatamente extrajo su arma e hizo varios disparos.

Guerra, caído, también sacó su arma y disparó, pensando que Padula quería ultimarlo.

Luego de disipado el humo del tiroteo y con el olor a pólvora aun ardiendo en la nariz  de los protagonistas del hecho, se vieron los resultados.

Luis Padula, herido de dos balazos en el brazo izquierdo, el guardia civil Julio Caraballo con un chumbo en su muslo izquierdo y  Don Nicolás Scarano con una bala en su brazo derecho.

La única arma incautada fue la de Luis, pero un par de días después a unos metros de la Comisaría, entre los pastos de la vereda, encuentran otra arma con cinco cápsulas, dos de ellas vacías.

Se dice que la presión posterior a los hechos fue mucha, pues el 31 de agosto, Gabriel Guerra es separado del cargo el Sub. Comisario por haber hecho abandono del servicio.

Lo que no se pudo evitar con tanto revuelo fue la multa de ocho pesos, que el primero de julio Don Francisco debió pagar porque “il maledetto” Viterbo, anduvo tirando piedras en la calle.

 

Relato obtenido del parte policial

EL PUEBLO DEL PARAO –ORIGENES- JOSE LUIS CUELLO NUÑEZ- AÑO 2004 – ED.TRADINCO

 

 

 

 

 





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