Vergara, 24 de febrero de 1912
Sr Jefe Politico
Como ya lo tengo anoticiado, cada vez que se celebra el carnaval en Vergara debo extremar la vigilancia para evitar los desbordes de muchos energúmenos que "embebidos" de una sensibilidad muy especial por estas fechas, se pasan de la raya.
En la víspera se realizó el desfile de carnaval alrededor de la Plaza Confraternidad y este destacamento en un delicado trabajo de inteligencia, discretamente infiltró 4 agentes disfrazados de osos de barba de palo, media docena de caballitos de arpillera y un avestruz.
Se colabora asi con la festividad incorporando una comparsa mas y se fiscaliza desde adentro, evitando la presencia intimidatoria de los guardias civiles uniformados en la vereda
A las veintiuna y treinta de anoche -de acuerdo al plan- mis mascaritos se unieron al corso, procedentes de un escondrijo secreto para no despertar sospechas, pero - para nuestra sorpresa- ni bien se desperdigaron entre la algarabía, se armó una pertinaz y despareja batalla campal que forzó a mis tropas a defenderse.
Fueron tanto los involucrados en la pelotera y tan poquita la fuerza de reserva a mi cargo para apoyar a los de mis servicio secreto, que el lio se desmadró, sofocándose por si solo por falta de gente en pié, cuando ya cantaban los gallos.
En ese momento me hice cargo de la situación, y con algunos vecinos voluntarios, completamos varias carretas con heridos que enviamos a la capital para su atención médica y/o sepultura.
Reunidos en la tarde de hoy con el Subcomisario y el Oficial –único personal sano en esta- para evaluar en que fallo tan meticuloso operativo, concluimos que los jinetes de los caballos de arpillera tal ves no debieron desfilar con la chaqueta y armas a la cintura, ni los osos de barba de palo portando cachiporra y el quepis de reglamento.
Sin otra cuestión de verecundencia que merezca conocer, lo saluda con la mas elevada estima personal y partidaria notificándolo que por este año he suspendido el carnaval por falta de garantías:
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Sr Jefe Politico
Como ya lo tengo anoticiado, cada vez que se celebra el carnaval en Vergara debo extremar la vigilancia para evitar los desbordes de muchos energúmenos que "embebidos" de una sensibilidad muy especial por estas fechas, se pasan de la raya.
En la víspera se realizó el desfile de carnaval alrededor de la Plaza Confraternidad y este destacamento en un delicado trabajo de inteligencia, discretamente infiltró 4 agentes disfrazados de osos de barba de palo, media docena de caballitos de arpillera y un avestruz.
Se colabora asi con la festividad incorporando una comparsa mas y se fiscaliza desde adentro, evitando la presencia intimidatoria de los guardias civiles uniformados en la vereda
A las veintiuna y treinta de anoche -de acuerdo al plan- mis mascaritos se unieron al corso, procedentes de un escondrijo secreto para no despertar sospechas, pero - para nuestra sorpresa- ni bien se desperdigaron entre la algarabía, se armó una pertinaz y despareja batalla campal que forzó a mis tropas a defenderse.
Fueron tanto los involucrados en la pelotera y tan poquita la fuerza de reserva a mi cargo para apoyar a los de mis servicio secreto, que el lio se desmadró, sofocándose por si solo por falta de gente en pié, cuando ya cantaban los gallos.
En ese momento me hice cargo de la situación, y con algunos vecinos voluntarios, completamos varias carretas con heridos que enviamos a la capital para su atención médica y/o sepultura.
Reunidos en la tarde de hoy con el Subcomisario y el Oficial –único personal sano en esta- para evaluar en que fallo tan meticuloso operativo, concluimos que los jinetes de los caballos de arpillera tal ves no debieron desfilar con la chaqueta y armas a la cintura, ni los osos de barba de palo portando cachiporra y el quepis de reglamento.
Sin otra cuestión de verecundencia que merezca conocer, lo saluda con la mas elevada estima personal y partidaria notificándolo que por este año he suspendido el carnaval por falta de garantías:
El Comisario de Vergara
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