El núcleo poblado fundacional de Vergara ubicado en el departamento de Treinta y Tres (URUGUAY), supera el siglo de existencia -su nucleo poblacional primigenio data de 1891) pero sus alrededores están salpicados de cerritos de indios, que revelan la primitiva presencia de la cultura indígena.
Estas tierras, estuvieron en medio de la Vaquería del Mar, abrazada por el Cebollatí, Yaguarón, Laguna Merín y Cuchilla Grande, donde se criaba ganado salvaje que por miles arreaban los jesuitas para sus estancias; tal como sucedió en 1705, cuando mas de 1000 indios tapes de distintas reducciones, llevaron a sus pueblos, distantes mas de 200 leguas, unas 400.000 cabezas de ganado cimarrón.
En estas tierras, donde nació el gaucho oriental, zigzagueó la frontera inestable, disputada por españoles y portugueses, en su afán por determinar el límite de las posesiones coloniales; fue asolada por bandeirantes y mamelucos; y adquirida -primer titulo de propiedad privada- por Bruno Muñoz en 1780.
Esa población inicial -cuya fundación fue iniciativa del brasileño José Fernandez Vergara –precedida de tal legado histórico- bien pudo llamarse Confraternidad, como su plaza, porque en su constitución participaron orientales, brasileños, italianos, alemanes, españoles, portugueses, “turcos”; peones, estancieros, comerciantes, vendedores ambulantes, albañiles, carpinteros, lavanderas, carreros, herreros, carboneros, aguateros, y tantos otros.
Esta diversidad creó un fermento que se concreto el 10 de marzo de 1903, cuando entra en vigencia la ley que funda Vergara, asentada al margen derecho del Arroyo Parao.
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