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La antigua escuela de Vergara

Antecedentes


Según surge de las versiones de la maestra Francisca Techera, la primera escuela en Vergara, habría funcionado  en el predio ubicado en la esquina de calles Joaquín Suárez y José Artigas.
El local estaba constituido por un salón bastante grande, de poca altura, de ladrillo,  con techo de tejas de dos aguas, a cuyo fondo vivía quien fuera la primera maestra  Liberata Maeso de Moraes, la que ejerció el cargo  por cinco años, experiencia que habría de repetir,  regresando años mas tarde en 1912.
Liberata Maeso, fue egresada de la Escuela  de niñas de Treinta y Tres, siendo en 1883 una de las 16 alumnas de la maestra Teresa Ipar que aprobaron examen final.  En 1894 fue ayudante de la maestra  Felipa Arbenoiz en la Escuela Nº 1 de Treinta y Tres  
En el año  l900, según un informe de la Junta Económico Administrativa  de Treinta y Tres, la escuela vergarense, contaba con 78 alumnos, equivalentes al 70 % de  los niños en edad escolar  del pueblo, o sea de seis a catorce años.
Del año 1901 data la oficialización de la Escuela  Nº 17 de Vergara.
Llega el año l902  y con él la colaboración de organismos oficiales, la Dirección  General de Instrucción Pública  contribuye al desarrollo de la educación en Vergara.
Hasta ese momento el principal impulso que había recibido la instrucción primaria provenía de los padres de los alumnos.
En el año l904 se crea  la Escuela Nº 13 de varones,  que funcionó en calle Fortunato Jara  casi Joaquín Suárez y  a su cargo comenzó el maestro Arturo Lecuna.
 Vamos  a incursionar en el periodo que va desde 1912 a 1918, sobre el que existe  mayor documentación,  a los efectos de tomar una muestra del funcionamiento de los inicios de la escuela vergarense.   Haremos referencia a la Escuela Nº 17 de niñas,  a la Nº 13 de varones,  a  la escuela mixta a partir de 1919 y finalizaremos con la creación  de la Escuela Nº 50, en el año 1927.

                                                Escuela  de niñas

Luego de una largo peregrinar por distintas fincas del pueblo, se estableció  en la casa ubicada en esquina de Joaquín Suárez  y Jacinto Ruiz, propiedad de Luis Lineras, constructor de la misma.

Maestras y ayudantes

En el período señalado,  Liberata Maeso comenzó impartiendo las clases hasta 1915, en que  la sustituye Justa Ocampo debido a que aquella se retira de la localidad.
Las ayudantes  iban y venían constantemente y  la nómina la componen,  Matilde Buzó, Estefanía Andrada,  Amalia Lechan, Telma Robaina,  Rosa Ducatelli, Elisa Nieto, Zulma  A. de Correa, Irene Luzardo y Edmunda Arroyal.
                                                 
                                                      Los exámenes
Al final de ciclo anual, las alumnas debían rendir examen de los conocimientos adquiridos  y presentar las manualidades  elaboradas, donde se notaba un gran desnivel entre las mismas.
La  mesa examinadora estaba constituida por las personalidades de mayor  renombre del pueblo. En 1914 le cupo la distinción al Dr.  Andrés  Blanco; Pedro B. Da Silva; Vicente Rivero; Manuela Saavedra de Silvera; Juan Claussen; Américo Aguirre Chaves; Fermina M. de Da Silva;  Maria M. de  Silvera.

Inasistencias

La no concurrencia a clases tenía causas diversas. De la enumeración de muchas de ellas observamos las dificultades de la época para concurrir a las aulas.
1912.
2 de mayo. Por ser hoy día festivo para la colonia española, no han concurrido muchas niñas creyendo que también era fiesta para las escuelas.
9 de mayo. Solicita licencia la   Directora Liberata Maeso de Moraes.  “Entendiéndome enferma (fatiga mental), tomo la resolución de ausentarme de la localidad sin previo permiso porque con las grandes crecientes son tantas las dificultades con las que se lucha para hacer viajes que no debo dejar de aprovechar la que se me presenta hoy, máxime que vienen tiempos que amenazan recias lluvias, las que vendrán a aumentar y continuar con las inundaciones de los campos, haciendo mas difícil aun conseguir medios de transporte”.
27 de mayo. Se registra poca concurrencia pues las niñas están haciendo delantales.
16 de mayo. Poca concurrencia del núcleo de población de La Cuchilla porque la cañada está muy crecida en algunos puntos y pantanosa en otros. Las niñas que han asistido lo han hecho descalzas.
19 de agosto. La lluvia comenzada el día anterior se ha prolongado de una manera torrencial sin cesar, reinando también una tormenta de truenos temible, causa que no permitió la asistencia de niñas ni de la maestra.
13 de  diciembre. La  crecida la cañada ha determinado que se cruzara en carros y zulky. 
1913
8 de mayo. Cañada crecida.
12 de mayo. Difteria y Tifus.
14 de mayo. Cañada barrosa.
28 a  30 de mayo. Crece la cañada
6 de junio. “Reina un frío glaciar acompañado de una pamperada que conserva una temperatura tan baja que me vi obligada a terminar el día escolar antes de la hora reglamentaria por que las niñas en su mayoría tiemblan de frío”.
28 de junio. “Mañana hay remate feria ganadera y los potreros circundantes a este pueblo, están llenos de ganado, muchos de los cuales se han escapado y han recorrido el barrio de La Cuchilla atemorizando así las criaturas que no se han animado a hacer la travesía para concurrir a clase”.
1914
1º de marzo.  “Habiendo habido causas que obligaron a  retardar la llegada de la diligencia en la que yo regresaba, di  reapertura a esta escuela pasada la hora reglamentaria y me ocupé del arreglo de salones cuyo mobiliario se encuentra en desorden debido a las reparaciones en el piso de madera y construcción de aljibe”.
3 al 6 de marzo. “Hay poca concurrencia porque se encuentran en el pueblo unos padres misioneros dando doctrina a la que concurren  la mayor parte de las niñas del pueblo”.

Escuela de varones

Comenzó a funcionar en 1904 escindiéndose de la Escuela Nº 17, a raíz de disposiciones legales que determinaban que la  enseñanza escolar debía impartirse a ambos  sexos por separado.
El 7 de mayo de 1912. Se llenó la matricula 380 desde la creación de la escuela, por parte del maestro Arturo Lecuna.

                                                                     El local

En una casa construida en poco más de dos meses, por Lucas Ducatelli, con el exclusivo propósito de ser destinado a aula, comenzó a funcionar la Escuela Nº 13 de varones.
Estaba ubicada -la construcción aun se mantiene-  en la calle Fortunato Jara, quince metros antes de llegar a la esquina con Joaquín Suárez.
El local propio fue un anhelo de las autoridades educativas  y  el 23 de mayo de 1912, el maestro Lecuna  envía nota de respuesta al Inspector Departamental de Primaria, Don Gregorio W Arce, que dice: 
1ª- Que según informe de   los hijos de Don José Vergara, fundador de este pueblo, éste donó un solar para escuela en la manzana 26, actualmente adjudicado a la Comisaría.
2ª- Que ignoran dichos hijos si esta  donación fue hecha por escritura pública.
3ª- Que del examen practicado en los títulos del pueblo, no figura ninguna donación hecha por el fundador  ni por ninguna otra persona y si dos solares escriturados a la Jefatura Política”.
El local tenía algunas carencias que se fueron subsanando con el tiempo. El 4 de abril de 1915 no hubo clase a causa de estar colocando el piso del zaguán.
El 3 de abril de 1923, se devuelve el local a Lucas Ducatelli. Desde 1919, se habían unificado las escuelas de varones y niñas.

                                                                     La asistencia

El maestro informaba permanente diariamente de las causas de inasistencia de alumnos a clase y todos los meses de todos los años, eran similares.
El estado de pobreza en que se encuentra el vecindario, las frecuentes lluvias, el excesivo frío y el mal estado de la cañada  El Charco, al que se refería el maestro, diciendo: “la cañada que separa nuestro centro urbano del  rancherío”.
La  aparición de enfermedades epidémicas algunos años, obligaba al retiro de los niños afectados por el mal y hacía que los vecinos alarmados por el contagio, retiraran a los niños sanos de la escuela. Gripe, Escarlatina, Sarampión, Varicela  y Difteria, sembraban el pánico en la población, porque se llevaban muchas vidas infantiles, en una época que la distancia y la pobreza del medio, hacía dificultosa la radicación de un médico.
El 13 de junio de 1917, el Dr Andrés Blanco informa de una  epidemia de Sarampión y Tos Convulsa de 30 casos.
El  6 de agosto de 1917, el maestro Alejandrino Chaves, expresa: “He mandado a casa de la mayor parte de los padres de los niños a preguntar la causa por que no vienen a clase y me contestaron que están enfermos o convalecientes y muchos que nos los mandan por temor al contagio. Los casos de muerte son muchos, habiéndose dado casos de sepultura de cuatro en un solo día”.
                                                      
Vecinos de mayor significación
El 31 de marzo de 1916, el maestro Arturo Lecuna comunica a la Inspección que los vecinos de mayor significación residentes en el distrito en que funciona la escuela son los siguientes: Guillermo Terra,  Juan Passeyro y Monegal, Juan P. Iriondo, Américo Aguirre, Germán Muiño, Venancio Alves, José Pedro Zuluaga, Pedro B. Da Silva, Leoncio Gigena, Rafael Fabeiro, Luis Padula, Leonardo Salvarrey, Felipe Robaina, Justo Silvera, Francisco Padula y Ramón Gañete.
El 1º de abril de 1917, el maestro Alejandrino Aguirrre Chaves, hace un nuevo informe de los vecinos de mayor significación en el que incluye los siguientes: Dr. Andrés Blanco,  Germán Muiño, Regino Ledesma, Ramón Alaniz, Guillermo Terra, Emilio Helal, Francisco Padula (hijo) y Joaquín Curbelo.

  
Los maestros
En el Año 1912, dirigía la Escuela de varones el maestro Arturo Lecuna.
El 26  de octubre  de 1912, toma posesión  del cargo de ayudante su esposa  Justa Ocampo de Lecuna.
El 24 de junio de 1913, es nombrado ayudante el maestro Alejandrino Aguirre Chaves, haciéndose cargo el primero de julio  de 1913 de las clases preparatorias de 1º y 2º año. Cesa el 31 de octubre, con 106 asistencias y 2  faltas.
El 19 de mayo  de 1915, se nombra ayudante a Rosalía Fernández.
El 5 de junio de 1916, Arturo E. Lecuna, quien se jubila, da posesión en el cargo de Director al maestro Lorenzo D´Auria.
El 9 de marzo de 1917 asume como Director, Alejandrino Aguirre Chaves, retirándose del medio Lorenzo D´Auria.
El 26 de marzo de 1917,  cesó la ayudante Aida Guzmán y asume Gerardo Olivera.
El 24 de mayo 1917, se incorpora como ayudante suplente Rosa Ducatelli.
El 1º de abril de 1917, se incorpora como  Director suplente, Gerardo Olivera, hasta el 18  de junio, porque Aguirre Chaves tenía examen de pedagogía.
Arturo Lecuna.
Serafín J. García, alumno suyo, en el libro Cuentos y Crónicas, lo describe así: “El maestro Lecuna alternaba las clases con cuentos de hadas, nos enseñaba a hacer zumbar los trompos y a levantarlos en la uña y hasta se entreveraba con nosotros en los partidos de pelota vasca, a la hora del recreo, abriéndose paso a través de murmullos y risitas sofocadas, que nunca podían acallar del todo los golpes de la regla sobre el pupitre, ni las hincaduras de rodillas detrás de la biblioteca”.
Lorenzo D´Auria.
En l9l6, desde Florida llega Lorenzo D’Auria a dirigir la Escuela Nº 13 de varones, siendo el primer maestro titulado que impartió clases en el pueblo; impulsó las obras  de construcción del actual local de la Escuela Nº l7, además sentó las bases para la creación de la escuela mixta que se hace realidad en el año l9l9.
Entre otros méritos de D’Auria, está haber llegado a ser Inspector de Instrucción Pública de Treinta y Tres y otros departamentos, Inspector de Primaria y Consejero de Instrucción Primaria. Realizó viajes al exterior de especialización, vinculándose con personalidades de la literatura universal (Tagore) y de la pedagogía (John Devey).  Fue  periodista, escritor y poeta. En el periodismo uruguayo hizo famoso su seudónimo “Flechero Tell”. Colaboró con algunos artículos en el semanario vergarense La Juventud en 1923 y en la biblioteca  Serafín J. García, se encuentra un libro de su autoría, titulado “Entre la historia y la leyenda”.

 Escuela mixta - 1919
Cuando se establece la escuela mixta continúa como directora Justa Ocampo de Lecuna y las maestras Estefanía Andrada  y Margarita Klein.
En l920, se incorporó como maestra Rosa Ducatelli de Padula y Zulma Buzó.

 Reacción de la población

La Maestra Directora, en una carta al Inspector Departamental de Primaria, hace saber el impacto negativo que produjo la fusión de las escuelas de niñas y varones, en la población.
“Con el mayor desagrado me veo en la necesidad de comunicar a usted la pésima impresión que ha ocasionado en el vecindario de este pueblo, la refundición de la Escuela de varones en la que dirijo. El ánimo del vecindario es completamente hostil a tal resolución haciéndose una propaganda tenaz que afecta perjudicialmente la  instrucción primaria de esta localidad. Casi a diario se me anuncia el retiro de niños y como Ud. puede imaginarse, esta actitud por parte de un vecindario de quien hasta la fecha había recibido toda clase de atenciones, no puede menos que producir en mi espíritu la más desastrosa decepción.
Si la situación actual continúa, prevea que este centro de enseñanza se convertirá en un colegio de niños. Por otra parte se trabaja en el sentido de instalar escuelas particulares produciendo este estado de cosas un verdadero perjuicio   para nuestras escuelas”.

 Locales

“Cumpliendo lo dispuesto en su nota 348 del corriente mes, pongo en su conocimiento que hasta la fecha no se han ocupado con clases los salones de la Escuela Nº 13. Esta actitud no responde a un desacato de autoridad sino más bien al deseo de beneficiar a la escuela.
Como en oficio Nº 90 pasado por esa Inspección se me comunicaba que disfrutaría de la Ayudante que fuera de la Escuela Nº 13 y creyendo  que su nombramiento se haría de inmediato, creí conveniente esperar a fin de dar cumplimiento a lo dispuesto sin que se perjudicara la buena marcha de la escuela.
 Los locales escolares están provistos de dos salones. Cada uno de estos es insuficiente para contener el crecido número de alumnos que correspondería a cada maestra. Habría  que distribuir las clases entre los dos salones lo que significaría un grave inconveniente para atender en forma disciplinada que en tales circunstancias exigiría mayor cuidado dado el carácter de escuela mixta. Por otra parte otro de los motivos que me indujo a esperar el nombramiento de la ayudante anunciada, responde al hecho de que una vez aliviada en mi el recargo de tareas, podría disponer de algún tiempo para ejercer vigilancia directa en los dos locales, dando así satisfacción muy legítima por cierto a muchos padres caracterizados de esta localidad que han protestado enérgicamente de la refundición de las escuelas”.
El local de la Escuela  Nº 13, fue finalmente ocupado debido a la gran población escolar.
Según un  censo efectuado el 24 de setiembre de 1923, existían  186 varones y 179 niñas  con edad de recibir instrucción primaria, es decir un total 365 alumnos.
El 31 de marzo de ese año se entregan las llaves del local de Ducatelli, (Escuela de varones)  pasando a ocupar el de la viuda de Lineras (calle Joaquín Suárez esquina Jacinto Ruiz – foto).
El 15 de julio de 1923 se hace un reporte acerca de las condiciones del local.
Su estado en general es satisfactorio. Consta de cuatro salones con techo de zinc y los otros con ruberoy. Estos últimos en mal estado, pues en los días de fuertes lluvias, se llueve por varios puntos. Faltan vidrios en algunas puertas y ventanas. Los excusados están en mal estado. El patio con piso de greda, se hace fangoso en la presente estación.
  
                                                                   ESCUELA No. 50
El 7 de marzo de 1927, la maestra Dolciria Correa de Almeida se hace cargo de la dirección de la Escuela Nº 17. Pero  el 9 de mayo pasa a dirigir la Escuela rural de reciente creación  que funciona desde  el 28 de marzo.
El l9 de marzo de l927 se crea la Escuela Rural de El Charco Nº 50, la que  es inaugurada el 28 de marzo.  
Surge como medida de atenuar la superpoblación de la Escuela Nº l7 y a su vez para atender las necesidades de la zona muy extendida ya en esa época como lo era el barrio La Cuchilla. En sus primeros años se dictaban clases hasta cuarto grado, funcionaba en un local de la  esquina de Agustin Urtubey  y Fortunato Vergara con un amplio  patio de recreo. La población escolar en ese mes de marzo  es de  65 alumnos inscriptos, siendo 50, pases de la Escuela urbana Nº 17. El  11 de julio llega un ayudante, el señor Fidel Víttola. Cambia el funcionamiento de las clases, que hasta el momento era horario continuo; atendiendo por la mañana de 8 a l2, la maestra Dolciria y por la tarde de l2.30 a l6.30 horas, el ayudante.
Culmina el primer año lectivo con 111 niños con asistencia diaria y l60 inscriptos. Llegaron a ejercer la docencia en sus primeros años:  Rosalía Fernández,  como suplente en el año l928, en l930 Josefa Figaris, en l934 Graciana Obiaga; el 5 de julio asume como Directora Enilda Rocha, y como maestras  María. Beatriz Rodríguez, Agueda Martínez, Blanca Gadea, Estela Ubilla, Celeste Llanos. Habitualmente en esa época los directores estaban algunos años desempeñando su función en la misma escuela. Este local con el tiempo comenzó a tener múltiples carencias, la mas importante era la falta de capacidad para albergar la numerosa población escolar que desde los barrios Estación, La Cuchilla, Garate, acudían por razones de distancia a esa escuela.
En l966 incorpora quinto y luego sexto grado.












Fuente: El solar olimareño. Luciano Obadía Goyeneche.    Libros Diarios Escuela 13,  17  y  50.  Relatos de   Serafín J. García.  Reportaje: Isolina López. Semanario: La Juventud.


2 comentarios:

  1. Me encanta la cronología de la escuela y me gustaría saber el nombre de los alumnos ya que mi madre y hermanos fueron a esa escuela. Hermoso!!!

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  2. En que año concurrieron y como eran sus nombres..

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